Las cosas cambian…

“La vida sin música sería un error”

Friedrich Nietzsche

Mi banda favorita, autora del título de este canal, desde hace unos años ha estado presente en mis días, pero después de estos últimos meses, se coronó como la número uno. No recuerdo la época, recuerdo que fue como los gustos adquiridos, como el mole poblano, la papaya, la cerveza o el café, cuesta agarrarle pero una vez que le agarras el sabor, te gusta cada vez más. La canción que me enganchó, si te suena el grupo, probablemente la conozcas seguro, y justamente fue está versión la que provocó mi curiosidad por el resto de sus temas.

A pesar de escuchar bastante sus canciones, debo reconocer que no le encontraba mucho sentido a las letras, no me paraba a pensar lo que decían, me dedicaba a disfrutarlas, cantarlas y con alguna hasta echarme un bailongo. Fue en estos últimos meses cuando comencé a analizar lo que querían trasmitir, de ahí, el sentido que toma el título de este canal. A mediados de diciembre publicaron el disco Bailando hasta el Apagón, un concierto, con canciones de su último disco, Cable a Tierra (curioso título para el punto en el que estaba viviendo) y con sus mejores temas. Un disco que me ha marcado y que nunca me cansaré de escuchar, pues además, de vivir un bolo similar el pasado octubre en la Ciudad de México, con dos de mis más grandes amigos, la letra de cada canción, con está nueva práctica de meditación, ayudado obviamente por los espectáculos visuales, las letras tomaron forma, veía reflejada una vivencia o creaba una historia en mi cabeza a partir de sus versos.

Con el disco clavado en mi cabeza, siempre curioso, decidí ponerme a investigar las canciones que nunca había escuchado de ellos, temas perdidos entre los éxitos y colaboraciones con otros artistas. Fue entonces cuando llegué a la colaboración Planeta Sur, canción de Bunbury, un artista del cual nunca he sido fan. Al igual que el primer sorbo seco de un café, la canción no caló en mi, me costó, pero poco a poco, se hizo un hueco en las salidas del sol.

Días después de publicar Vida de Rancho y a pocos días de cumplir cuatro meses, antes de lo previsto, tuve que abandonar La Casa de Palos. En curva y sin planificación, decidí volver a la Ciudad de México, pues a finales de marzo tenía un evento familiar y varios lugares donde hacer base para pensar en lo sigue. Logísticamente por Mole, la mejor opción era rentar un coche y roadtripear por la maravillosa Baja, la cual ha robado mi corazón, hasta un aeropuerto con vuelo directo a la gran Tenochtitlan.

Un roadtrip sin banda sonora, no es un roadtrip. Me esperaban alrededor de seis horas de viaje y la recta más larga de México por recorrer, tiempo para escuchar mucha música. Los primeros kilómetros comenzaron con un aleatorio de Vetusta, pero no habían pasado ni tres canciones, cuando la plataforma me arrojó “…el pulso sin descanso…” con Bunbury, curioso momento, señal o no, decidí abrir la puerta de la canción y escuchar el resto del disco a ver que nos encontrábamos. Y así fue, conduciendo y dejando fluir esta gran serie de MTV Unplugged, cuando apareció este rock tropicalizado, en colaboración con una gran artista mexicana, que te pondrá a bailar y te aseguro que en algún momento a cantar.

Porque sabemos agradecer, a pesar de lo vivido…

Siempre estaré agradecido por la oportunidad que me dieron, tuve acceso a vivir, en un lugar tan agreste, tan mágico, tan bonito y tan solitario. Donde me abrieron las puertas de la verdadera naturaleza, vivir encuentros increíbles con animales salvajes, la fortuna de presenciar los mejores amaneceres y atardeceres con colores que jamás había visto. Agradecer también la oportunidad de conocer y aprender desde dentro un sector tan duro como el de la hostelería y de una forma tan primitiva e ingeniosa.

Porque vuestra amistad me sostiene, de cumbia madre…

[cumbia]: alegría, celebración

[madre]: raíz u origen

Me encuentro en un punto de mi vida, donde mis amigos me empujan a seguir adelante, a no decaer en esta aventura. Con un pie en el avión, aparecieron los de siempre y cómo siempre para darme cobijo, sin pedir nada a cambio y animarme a probar suerte en la Baja. Pero no sólo ellos, cuento con muchos amigos que de forma incondicional me extienden su apoyo, un apoyo que me empuja a seguir con esta reinvención.

Porque emprendemos nuevos viajes extraordinarios…

Este cuento ya es real, llega el cierre del primer capítulo, cinco meses que siempre quedarán en mi memoria, en mi corazón y en mi alma. Aprendí del poder de la naturaleza y apreciarla en silencio, donde descubrí que el instinto es, lo que mi voz interior me lanza y no debes subestimar su poder.

Mes y medio difícil, una salida antes de tiempo a lo que mi cabeza concebía y el abandono por completo de la disciplina, sobre todo de la escritura, generó muchas dudas e incertidumbre, pero con la suerte de contar con un viaje marcado en el calendario por la Baja, con mi madre, mi hermano y Mole. Con un espíritu mochilero, sin planificación, donde se reflexionó mucho y concluí que, mi siguiente paso es tocar la raíz, la corriente me lleva hacia uno de mis orígenes, para seguir con este proceso. Aprovechar el tener un techo en un lugar cinco estrellas, donde tendré una vida tranquila, con pocas distracciones y un acceso a la naturaleza privilegiado, mar y montaña a pie desde la puerta de casa, para poder seguir con la disciplina militar que me estaba ayudando a desenredarme.

Se abre una nueva etapa, un nuevo capítulo, este barco zarpa con la filosofía de nunca saber donde puedes terminar, o empezar. Sin fechas en la cabeza, la ruta de navegación será seguir las señales que me llegan, aventurándome a ver que hay detrás, al igual que voy abriendo las puertas de artistas y canciones que calan en mi. Estos cuadernos de navegación se pondrán interesantes, terminarán de explotar el lado creativo, que intuía tener antes de empezar esta aventura.

Para terminar, te comparto fotos de lo vivido en el viaje y, agradecer especialmente a Fernanda, por tu insistencia en que entrara a trabajar en una gran experiencia, como es, una producción publicitaria: vivir por dentro lo que hay detrás, donde conocí gente increíble, pasé por todo tipo de estados físicos y mentales, pero donde me divertí como un enano.

#vibralindo

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